viernes, febrero 17, 2006

Después de la Tormenta

Tormenta


Cuando desde la posesión de la verdad absoluta, se condena sin remedio a quien no ha conseguido, podido, o deseado, liberarse de lo que califican de “yugo de creencias”

Cuando los defensores de ciertas ideologías pseudo-progresistas parecen más integristas que las opciones religiosas.

Cuando la deificación de lo anti-religioso se transforma en la espada flamígera que deba salvar al mundo.

Cuando se considera la civilización como un Partenón único ya alcanzado y no como un proceso continuo, cuyos estadios recorren los pueblos al albur de su historia.

Cuando se confunden religiones con iglesias, creencias con obediencias, civilización y democracia con abuso de derechos,

Cuando se cierra el acceso al debate de contenidos, cuando el discrepante es obtuso.

Entonces: Resulta difícil la búsqueda de la paz. Resulta difícil combatir el odio.
-oOo-

¿Qué haremos entonces con los 5.500 millones de creyentes que todavía pululan por el mundo?