domingo, enero 09, 2005

De larga travesía vuelvo a puerto.....

© Egonauta 2.003

Y del invierno vuelvo......

Llegué a Madrid con algo de retraso, algún mes debí perder por el camino. El otoño ya se había caído de los árboles y ni siquiera en el suelo quedaban sus colores atrapados en las hojas manchadas por el barro. Sin embargo, todo estaba allí; La torre Picasso, las de Jerez….. y el Campo del Moro y todo lo demás….. recortados contra un cielo gris plata, de invierno en sus albores, y sin ninguna de esas nubes velazqueñas que, como globos de jueves, que se escaparon de manos de los niños al terminar la tarde, parecen esperar a otros niños, u otros vientos, para recuperar la vida.

El Oso estaba allí, ¡Bien, gracias! Y me asaltó la duda. No se si como de costumbre se abrazaba a su madroño o, por el contrario, trataba de subirse al árbol asustado por la algarabía –otro día explicaré el origen de la palabreja, pero que hoy viene que ni pintada- organizada a su alrededor. ¡Pues fíjese que! ¡Pues que si lo tomó denantes! ¡Ahoiritita mismo se lo apaño! ¡Éntrele no más! ¡Pues ay, pues que me sabe mal! ¡Eh di mon vieux ! ¿Comment que tu va? ¿Kif halek enta? ¿Enta la bes? ¡La bes! ¡Al handulilah! ¡Oh my god! ¿You know what I mean, man? Y toda la cacofonía que produce el elenco puertasolero con acentos de toda especie: ecuatorianos, colombianos, peruanos, argentinos…, congoleños, gaboneses,…… magrebíes y algún USAeño despistado buscando la Plaza Mayor y el bull fighting. ¿Der terreno? – que dicen en Andalucía para los del lugar- ¿Der terreno? ¡Denguno! ¡Y el oso espantado!

¡Que voy a contar de la Plaza del Rey! Recoleta, recién pintada ¡Pena, penita, pena, lo del Price transformado en Ministerio de inCultura! A pesar de todo, Guapiña la plaza –que diría Saf-.

Cargado de paquetes -repletos de meterruidos, comprados en el más arriba de la calle- me senté en un banco junto a los más ancianos del lugar y pregunté por Saf. Tenían dudas, no sabían si del número 5 o del 8 -son las dos casas más bonitas de la plaza- pero se acordaban de ella cuando iba de la mano de su fraülein camino del Retiro (Del retiro ya hablaremos cuando toque la chistera). Ahora se que no era rubia, eso me aseguraron, pero el color de los ojos no pudo vencer al alzheimer de mi entorno y, por ahora, sigue en el misterio.

Y al volver me encuentro con montañas de trabajo amontonadas en los blogs los más dispares. Las “citas” de Paolo, que me causan hormiguillo en los dedos de ganas de darle a la tecla. Muralla que me dedica un abrazo de bienvenida –tan tierno como toda ella- y que me hace pensar que: o tiene mejor olfato que quien yo me se, o fue guiada con malas artes por la misma musa que tan lenta fue en descubrir donde tenía el dedo. Por fin, el Escondido que me promete buen curro para el medio plazo. ¡Total nada! desde los condones a las testamentarías, pasando por MI chistera -¡S’il vous plait!- y ....... otra de mangosta –¡Que ya me va cayendo gordo el del monovolumen!-. Por si fuera poco, la titular del espacio va y pide -o más bien exige- regalos con voz certificada y marchamo de calidad. Muy a pesar de que se declare presta a las más abyectas negociaciones para rebajar pretensiones y adecuar su honor a la mejor oferta. Y si no….. ¡Me explique oiga!

¡Menuda semanita me espera! Iremos poco a poco hasta hilar el copo.

By the way, Saf: ¿Metiste la nariz de nuevo para buscar noticia del regreso, o solo para protestar del safraneo de tu nombre? ¡Se exige respuesta adecuada a la verdad!

Saf sigue sin elegir la naturaleza, forma, número, ni embalaje de los besos. Donc et par conséquent ….. ¡Besos nature!