martes, enero 11, 2005

¡Eh…¡ ¡Oiga ..! ¡Señoraaaa! ¡Pues claro que es a Usted!

© Egonauta 2.002



¿Le parece a usted bonito?…. Esas visitas de doctor que usted me hace, sin quitarse guantes ni bufanda, ni pasar de la borda por miedo a salpicones. Esta vez no se escapa, salte a bordo, le he subido la tumbona a cubierta, póngase la manta que el relente es malo, y mientras me balanceo en la hamaca, que de la botavara pende, contemple la puesta de sol mientras charlamos.

Le contaré de mi, pero muy poco. Le quiero dejar sitio en el papel para respuestas. Mi blog se está llenando de preguntas colgadas en el aire que se columpian al capricho de la brisa.

Lo primero y más principal es constatar que este blog, que nació para clandestino –sin relación ninguna con el clandé de allende el Pirineo- se ha transformado en semipúblico, no se si por la aguda vista de quien sabe abrir todas las puertas, o por la fausta ayuda de quien tanto tardó en encontrarse el dedo.

Mis deberes, abandonados por los viajes, van progresando, ya solo debo un par de visitas de cortesía a otros tantos blogamigos. En las ya tenidas, nos vamos encontrando los dos, a veces a empujones y otras sin saludo. Desde que abandonaste las clases de mus, de deportes y de besos –puedes pasar por caja para recuperar la matrícula- Tenemos las guitarras en tonos disonantes y acertamos poco en el discurso. Me miro en el espejo por si me devuelve el rostro familiar del troll amigo, esos que despiertan desconfianza antes de pasar al olvido.

Ayer fui testigo de la apasionante orgía celebrada en casa de Paolo, donde no te privaste de contradecirte a ti misma –derecho que te otorgo si tu no te lo arrogas motu proprio- cuantas veces fuere necesario para una mejor defensa de tus tesis y sin tener en cuenta el mínimo recato que se exige a quien sostiene contrarias teorías, dependiendo del blog en que se mueve.

Y antes de cederte la palabra –por tiempo ilimitado y sin coste alguno- y puesto que tenemos que hablar de la guitarra -abril está a la vuelta del primer viento que hinche nuestras velas-. Me diga usted señora:

¿Es usted tañedora de bandurria, mandolina, laúd corto, laúd largo, o acaso el banjo? Instrumentos todos que comportan doble cuerda para facilitar el trino con la púa. ¿O es usted, como me afirma, tocadora de guitarra? Las doce cuerdas que en sus notas me menciona no se corresponden con las guitarras, u otros instrumentos aparentados, que conozco: timple, cuatro, requinto, guitarra, guitarrón que en general ostentan simple cuerda, salvo excepciones contadas para uso en agrupaciones de pulso y púa. ¡El mismo Yepes tuvo dificultades para popularizar la suya y solo tenía diez!

De todas formas, y toques lo que toques, lo importante es que lo hagas, que mi amigo Gustavo ya me alertó el alma para quienes como tu olvidan la belleza de la música cuando más la necesitan.



Del salón en el ángulo oscuro,

de su dueña tal vez olvidada,

silenciosa y cubierta de polvo,

veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,

como el pájaro duerme en las ramas,

esperando la mano de nieve

que sabe arrancarlas!

Ya lo sabes Saf…..con tu mano de nieve….. ¡¡¡Levantate y anda!!!


¿Y de besos….. ? ..... ¡¡¡¡Ya sé, ya sé,..... de eso, ni hablamos!!!! Pero no te olvides de recoger los que te dejé en “A dream of flying”. Esos eran de verdad.




Espacio, voluntariamente dejado en blanco por el autor -escaso, pero de elasticidad infinita- y reservado en exclusiva para la prosa de Saf, que esta vez tiene que mojarse ¡Que caramba!


P.S.
Querida Muralla:
Si como prometiste vienes a visitarme, quiero que te sientas como en tu propio barco, sube a bordo, y si no estoy para acompañarte y enseñarte tu casa, baja a la sentina y sobre el mamparo de la derecha encontrarás un hatillo apretujado de besos. Devuélveme el pañuelo con los tuyos, que aún podrá servir para otras veces.