domingo, enero 23, 2005

Redes.....

Llegaré tarde a bordo, cuando el sol vaya tiñendo de rojo el abrazo del cielo con el mar. La lonja está en la bocana y hay que cruzar el puerto dando la vuelta por los muelles y…. pesan tanto….¡Dios sabe cuanto pesan…! Hoy puse a la venta las redes y las velas. Las dejé allí todas, sobre el pretil de atraques, justo al borde del agua donde salpica la espuma…….. amontonadas unas, las otras…. flameando al viento en busca de aparejo.

Volvía caminando, ahíto de silencio, miré al fondo del viento y allí estaba el barco, desprovisto de ropas, desnudo de velas y de redes. Solo preguntas flácidas, ondeando en el viento, sujetas a su mástil despojado de velas, desnudo de aparejo. Embarga la tristeza al ver sus cabos muertos, los toletes sin remos, la polea sin dueño, la pala del timón arrumbada en el sollado, reposando las horas bravías de su historia, que por los ocho mares, en jornadas ariscas, marcó siempre la estela del rumbo que marqué.

El barco…. ya no suena como antes. Sus ecos de silencio al batir de las ondas que serpentean el puerto, le hacen sonar a….. muerto. No crujen sus crujías…. y en los cabos que quedan ya no silba el viento. Las lonas no golpean las maderas del mástil. La botavara gira…. sin rumbo y en silencio. La barra del timón, sin atadura alguna, baila en la popa una extraña danza al ritmo que le marca el triste chapoteo del agua en la sentina. El barco está silente y triste, está ….. como durmiendo….. quizás este soñando lo que evocan los barcos en fin de singladura, reviviendo el instante de resbalar la rampa que les parió a la mar.

Mañana navegará, sin orza ni aparejo, al impulso de las olas, adonde lleve el viento esperando la hora de un entierro vikingo…… cuando el tiempo sea tiempo.